Mi gato ya no come: ¿qué debo hacer?

Si has notado que tu gato ya no come como solía hacerlo, es normal preocuparse. La alimentación es uno de los aspectos más importantes para la salud de nuestras mascotas, y cuando hay un cambio en sus hábitos alimenticios, es necesario tomar medidas. En este artículo, te daremos algunos consejos y recomendaciones para ayudarte a entender por qué tu gato ha dejado de comer y qué hacer al respecto. ¡No te lo pierdas y descubre cómo cuidar la alimentación de tu felino!

Mi gato ya no come: ¿qué debo hacer?

lCuando un gato se vuelve anoréxico (el término médico para referirse a la pérdida de apetito), sabes que no se trata de ponerse a dieta y seguir los dictados de las revistas de moda. Aunque en la mayoría de los casos se trata sólo de un simple trastorno temporal, todavía hay signos que deberían preocuparle, ya que indican una afección más grave que debe tratarse rápidamente.

La pérdida de apetito es un problema relativamente común entre nuestros amigos felinos, conocidos por sus altas exigencias alimentarias. Sin embargo, no se debe tomar a la ligera, ya que puede ser el primer síntoma de una patología. Y si la pérdida de apetito aparece con el tiempo, también puede causar problemas hepáticos graves, que son mortales en uno de cada cinco casos. Entonces, ¿cuándo deberías preocuparte si tienes un gato que ha dejado de comer? ¿Qué signos deberían incitarlo a consultar a su veterinario y, si no hay nada preocupante, cómo puede ayudar a su compañero a comer nuevamente?

En la primera parte veremos cómo podemos valorar la gravedad de una situación de anorexia. Una vez realizadas estas pruebas y todo te parezca normal, te daremos consejos sobre cómo ayudar a tu gato a volver a comer.

Mi gato ya no come: ¿qué debo hacer?Mi gato ya no come: ¿qué debo hacer?

Resumen

Mi gato ya no come: ¿qué debo hacer?

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Mi gato ha dejado de comer: ¿qué señales deberían preocuparme?

Cuando se produce una patología, la pérdida de apetito suele ir acompañada de otros síntomas que deberían llevarle a consultar a su veterinario. Este es especialmente el caso si nota que su mascota parece estar menos en forma y distraída de lo habitual, o si parece estar durmiendo más de lo habitual. Ojo, si bien es cierto que los gatos pasan más tiempo durmiendo calentitos en los días malos, este comportamiento nunca va acompañado de una pérdida de apetito. Al contrario: los gatos tienden a comer más durante esta estación más fría para acumular reservas.

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También te preocupará si esta pérdida de apetito va acompañada de otros problemas digestivos como vómitos o diarrea. La aparición de una salivación excesiva (tu gato está babeando: esto no es normal en un gato) también debería alertarte, ya que es un signo de náuseas o dolor de muelas. En ambos casos, una visita al veterinario permitirá identificar y tratar con precisión la causa de esta anorexia.

¿Has estado observando a tu gato y no estás seguro de haber notado todos los síntomas? Si vive fuera parte del día, puede que tenga sentido mantenerlo dentro de una caja de arena durante 24 o 36 horas. Esto le permitirá comprobar que no hay vómitos ni diarrea. Esta limitación también te ayudará a observar más de cerca su comportamiento alimentario: evalúa con mayor precisión si ha comido y, en caso afirmativo, en qué cantidad (para ello, no dudes en pesar tu comida seca y dividir las latas húmedas). Comer para ganar precisión), comprobar si bebe y, en caso afirmativo, si lo hace con normalidad. Las náuseas o la aparición de insuficiencia renal suelen ir acompañadas de un aumento del consumo de alcohol.

Gato que ya no come: ¿cuándo hay que acudir al veterinario?

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Si además de esta pérdida de apetito, tu gato presenta uno o varios de los síntomas descritos anteriormente, te recomendamos encarecidamente que lo lleves al veterinario. En general, cuanto antes se detecte una patología, más fácil será de tratar.

Si tu gato lleva más de 48 horas sin comer, está apático, parece perder peso rápidamente o empeora, no esperes: ¡podría ser una emergencia!

¿Tu gato no presenta más signos que esta pérdida de apetito (a veces todavía come un poco) y te parece muy sano? Entonces probablemente no haya nada de qué preocuparse. Diversos motivos completamente inofensivos pueden provocar que nuestras mascotas cambien su comportamiento a la hora de comer.

¿Cómo animar a un gato a comer cuando no está enfermo?

Si un gato se niega a comer, algo anda mal en su vida. Sin embargo, la mayoría de las veces se asocia con una mínima interferencia en la vida diaria. Una vez que se identifica el problema, generalmente es fácil solucionarlo y hacer que su pequeño compañero se entusiasme por comer nuevamente. ¡Así que veamos qué sucede a continuación dependiendo de los posibles escenarios!

Mi gata no come porque sus hábitos han cambiado

El gato es un animal sensible y experimentado al que en ocasiones le cuesta afrontar el cambio de hábitos. Su primera reacción podría entonces ser aislarse por un tiempo y dejar de comer.

Recientemente (¿hace menos de una semana?) Cambiaste un elemento de tu entorno. Intente volver a colocar este elemento en su lugar para ver si afecta el comportamiento de su gato. Este cambio puede ser mínimo: mover el cuenco unos metros, cambiarlo, cambiar la comida… Asimismo, una cama o un mueble puede cambiar de lugar, y es todo un ritual de habituación que hay que repetir antes de instalarse en este. El nuevo arreglo se siente completamente cómodo. Nuestras encantadoras bolas de pelo pueden incluso tardar varias semanas en encontrar su camino en un entorno significativamente cambiado.

Habrás comprendido que para nuestros amigos felinos nada es baladí ya que les cuesta soportar el cambio en su territorio. Por lo general, si arreglas el cambio en cuestión, todo volverá gradualmente a la normalidad al cabo de unas horas. Por lo demás, existen muchas soluciones naturales que pueden ayudar a tu pareja a gestionar el estrés: feromonas calmantes (Feliway), flores de Bach, aceites esenciales (Petscool), complementos nutricionales (Zylkene), etc.

Mi gato ya no quiere comer porque hay un nuevo miembro en la casa

La llegada de un nuevo compañero de habitación, ya sea de dos o cuatro patas, también puede provocar que tu gato sude frío. Cuando llega un nuevo gato a casa puede incluso haber competencia, lo que también es una causa común de pérdida de apetito.

En todos los casos, las soluciones antiestrés como los difusores de feromonas pueden ayudar a crear un ambiente calmante y prevenir conflictos entre gatos de un mismo hogar. Y para reducir estos riesgos de conflicto, también se recomienda aumentar el número de lugares para comer, dormir y cajas de arena.

No le gusta su comida/tazón

Un gato es particularmente sensible a los olores. Si su cuenco está sucio y las bacterias empiezan a multiplicarse, tu gato lo olerá y expresará su disgusto negándose a comer. Esto es especialmente cierto en el caso de los tazones de plástico, que desprenden un fuerte olor y son menos higiénicos que los de metal o cerámica.

Tu preciosa bola de pelo también puede ser exigente si has cambiado recientemente de marca de comida para gatos. A la hora de cambiar de dieta, siempre es recomendable hacerlo poco a poco. Algunos estudios muestran que más de la mitad de los gatos tienen que ver la comida de 8 a 10 veces antes de querer probarla: ¡peor que un bebé!

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Por lo tanto, debes planear introducir el nuevo alimento seco o en puré en pequeñas cantidades junto con el alimento habitual durante varios días seguidos antes de que tu gato se interese por él. Una vez hecho esto, puede comenzar la transición: comience con un poco del alimento nuevo y mucho del viejo, y aumente gradualmente la cantidad de alimento nuevo a expensas del viejo para invertir la proporción. Por último, nuestros amigos felinos pueden negarse a comer alimentos demasiado viejos: los alimentos secos almacenados al aire libre durante algunas horas absorben la humedad ambiental, se ablandan y pierden su palatabilidad. Es aún peor con la comida para gatos, que se oxida y adquiere un sabor a humedad.

Para evitarlo, lo mejor es dividir la ración diaria en pequeñas porciones y servirlas con la mayor frecuencia posible. Esto también corresponde al ciclo alimentario natural del gato, que es un mordisqueador. Está fisiológicamente programado para consumir pequeñas cantidades de alimentos a lo largo del día. Sin embargo, tenga cuidado: cuando sirva comidas pequeñas, la comida para gatos solo requiere que sirva parte del paquete o bolsa y guarde el resto en el refrigerador. Recuerda que los gatos no comen comida fría. Prefieren comerlo caliente porque libera más sabores y se acerca más a la temperatura corporal de la presa que se supone que deben cazar. ¡Así que no dudes en calentar la tarta en el microondas durante unos segundos antes de servirla!

Mi gata ya casi no come en casa porque la vecina le da de comer

Tu gato deja de comer mucho en casa, desaparece por periodos de tiempo cada vez más largos y a veces trae consigo olores inusuales a comida frita o a humo… Investigaste y descubriste que el gato está comiendo en casa de un vecino al que le gusta darle comida seca. comida a las mascotas del barrio.

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Salvo excepciones, estas croquetas rara vez son de buena calidad. De hecho, la buena comida para gatos es cara y normalmente no se puede encontrar en los supermercados ni en las tiendas de mascotas. Por otro lado, en esta gasolinera suelen verse peleas entre gatos del barrio que se pelean por defender el acceso.

Por ello, es interesante acabar con este mal hábito. Esto no siempre es fácil, porque aunque la comida barata para gatos no cumple con los requisitos nutricionales, sigue siendo muy atractiva porque está enriquecida con carbohidratos, grasas y potenciadores del sabor. Además de la comida seca, una persona mal informada puede darle a los gatos comida que le guste pero que sea perjudicial para su salud, creyendo que está haciendo lo correcto. Este es el caso, por ejemplo, de la leche (que es indigesta y provoca diarrea en los gatos) o del jamón (que es demasiado salado).

Para solucionar este problema, primero puedes reunirte con tu vecino e intentar hablar con él para detener esta distribución de alimentos. Si esto no es suficiente, puedes alimentar a tu gato con comida húmeda: comida para gatos, mousse, gelatina, etc. Además de ser mucho más apreciado que el pienso seco, este tipo de comida puede ayudarte a desarrollar un nuevo hábito alimentando a tu compañero. viene a tu casa en determinados momentos para recibir su miseria.

La salud de tu gato es muy valiosa, pero te puede costar muy cara

Vacunación, control, accidente o enfermedad: las estadísticas muestran que los franceses gastan entre 150 y 200 euros al año en los gastos veterinarios de su gato. Esto es sólo un promedio, ya que la calificación puede aumentar rápidamente si hay un problema grave. No es raro que una operación cueste más de 1.000 euros, por ejemplo. Afortunadamente, existen pólizas de seguro que pueden reembolsar estos costos de atención médica.

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Mi gato ya no come: ¿qué debo hacer?

Mi gato ya no come: ¿qué debo hacer?

Si tu gato ha dejado de comer, es comprensible que te preocupes. Los cambios en el apetito de un gato pueden ser un indicio de problemas de salud subyacentes, estrés o incluso un cambio en las preferencias alimenticias. Aquí te proporcionamos respuestas a algunas preguntas frecuentes que pueden ayudarte a abordar esta situación:

1. ¿Cuáles son las posibles causas del apetito disminuido en los gatos?

Existen varias causas posibles para el apetito disminuido en los gatos. Algunas de ellas incluyen:

  • Enfermedad o dolor: cuando los gatos están enfermos o experimentan dolor, pueden perder el apetito.
  • Estrés: los gatos son criaturas sensibles y situaciones estresantes pueden afectar su apetito.
  • Cambio en la rutina: si has realizado cambios recientes en la rutina de tu gato, como mudarte o introducir una nueva mascota, esto podría afectar su apetito.
  • Problemas dentales: los problemas dentales, como enfermedades de las encías o dientes doloridos, pueden dificultar la alimentación.

2. ¿Qué debo hacer si mi gato ha dejado de comer?

Si tu gato ha dejado de comer, es importante tomar medidas para investigar la causa y ayudarlo a recuperar su apetito. Aquí hay algunas sugerencias que podrías considerar:

  1. Observa a tu gato: presta atención a cualquier otro cambio en su comportamiento o síntomas de enfermedades.
  2. Consulta al veterinario: si la falta de apetito persiste por más de 24 horas o si tu gato muestra otros signos de enfermedad o malestar, es recomendable buscar atención veterinaria.
  3. Evalúa el entorno de tu gato: si has realizado cambios recientes en su entorno, intenta brindarle un ambiente tranquilo y seguro para reducir el estrés.
  4. Ofrece alimentos apetitosos: prueba con diferentes tipos de alimentos para gatos, como comida húmeda o alimentos especialmente formulados para estimular el apetito.
  5. Mantén una rutina de alimentación: trata de mantener horarios regulares para alimentar a tu gato y evita dejar comida fuera todo el tiempo.

3. ¿Cuándo debo preocuparme y buscar ayuda veterinaria?

Si tu gato ha dejado de comer y además muestra alguno de los siguientes síntomas, es recomendable buscar atención veterinaria de inmediato:

  • Pérdida de peso significativa.
  • Vómitos o diarrea persistentes.
  • Letargo o falta de energía.
  • Cambios en la apariencia de las heces o la orina.
  • Problemas respiratorios.

Recuerda siempre consultar a un veterinario para obtener un diagnóstico adecuado y un tratamiento adecuado para tu gato.

Esperamos que esta información te haya sido útil para comprender mejor por qué tu gato ha dejado de comer y qué acciones puedes tomar al respecto. Recuerda que cada gato es único y es importante prestar atención a sus necesidades individuales.

Fuente: Pet Health Network

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